La higiene alimentaria está a la orden del día. Somos cada vez más los que estamos concienciados con este tema. Tengo que reconocer que, desde que estudié la asignatura de Microbiología Alimentaria en la universidad, me he vuelto algo escrupulosa con la limpieza en la cocina y con los alimentos que tienen un alto riesgo de contaminación.
Lo que no debemos hacer es obsesionarnos con ello, ya que está bien que limpiemos bien cada encimera, electrodoméstico y utensilio, pero ¿qué ocurre con los alimentos? ¿Debemos limpiarlos todos? Te invito a seguir leyendo para salir de dudas:
Los 3 alimentos que no se deben lavar
Es cierto que debemos tener especial cuidado con los alimentos que no vamos a cocinar, ya que no vamos a eliminar las bacterias que haya en ese alimento gracias a las altas temperaturas del cocinado. Sin embargo, la cosa cambia cuando hablamos de alimentos que vamos a consumir crudos, pero que ya han sido previamente tratados, como lo son las ensaladas de bolsa.
1.- Las ensaladas de bolsa
Las verduras crudas que contienen las bolsas de las ensaladas ya han sido previamente tratadas y se conservan gracias a la atmósfera modificada que tienen dentro de las bolsas. Son productos de 4ª gama que, si los lavamos antes de consumirlos, estamos aumentando la humedad en ellos. La humedad es la amiga ideal para que crezcan algunas bacterias, por lo que no es recomendable lavarlas.
2.- Carnes y pescados crudos
Lo mismo ocurre con las carnes y pescados que compramos crudos, que si los lavamos con agua en casa cuando los compramos, estamos proporcionando a las bacterias la situación de humedad ideal para que crezcan libre y rápidamente.
3.- Huevos
En el caso de los huevos ocurre algo distinto, pero tampoco debemos lavarlos. Os explico el motivo: no es porque estemos aumentando la humedad, sino porque la cáscara del huevo tiene una barrera que protege al propio huevo de que entre cualquier contaminación. Si lavamos el huevo, estaremos eliminando esta barrera protectora y lo dejaremos expuesto a que pueda contaminarse. Si el huevo tuviera algún resto de tierra o incluso alguna pluma, lo ideal es retirarlos suavemente con un cepillo o incluso con un trapo.
Ten en cuenta estos trucos sanos en tu cocina y… ¡Cómete la Vida!
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