¡Es Navidad! Son días de larguísimas sobremesas junto a nuestros seres queridos. Sobremesas en las que abundan los turrones, los postres elaborados, las charlas interminables… pero, ¿qué pasa con la bebida? Sí, sí, esa con la que acompañamos dichas sobremesas. ¿Te has parado a pensar cuál es la bebida ideal para cuando realizamos comidas copiosas, ricas en grasas y en calorías?

El café:

  • Su contenido en cafeína lo hace una bebida estimulante, sobre todo para aumentar nuestra actividad mental.
  • El poder antioxidante del café puro consigue mantener nuestras células sanas. El problema es que el café que consumimos hoy en día está tan manipulado que difícilmente le quedan antioxidantes en el momento en que lo consumimos.
  • Su sabor amargo nos hace utilizar edulcorantes y/o endulzantes no muy recomendables para nuestra salud. Una buena alternativa es el tomar el café con bebidas vegetales en lugar de con leche. Estas bebidas de avena, soja o almendras nos aportan el dulzor suficiente como para no tener que añadir azúcar al café.
  • Impide la absorción de ciertas vitaminas y minerales esenciales si lo tomamos en las comidas principales.

té verde

El té verde:

  • Es la bebida de la eterna juventud, de la longevidad. Las sustancias antioxidantes (llamadas catequinas) que contiene no tienen nada que envidiar al resto de bebidas de las que disponemos.
  • La combinación del té verde con la panela es perfecta en cuanto a sabor y nutrientes.
  • Nos permite quemar la grasa mucho más fácil debido a su efecto termogénico, que genera calor en nuestro organismo, facilitando así la quema de la grasa subcutánea.
  • Además de proporcionarnos un gran poder estimulante, nos permite mantener un mayor nivel de concentración.
  • Su efecto diurético es prácticamente instantáneo. Hace que nuestro cuerpo elimine lo que no necesita, ayudando a los órganos encargados de esa eliminación a realizar su trabajo correctamente.
  • Si lo tomamos antes de realizar ejercicio, no va a mejorar nuestra condición física, pero sí que va a evitar, en gran medida, la oxidación de las células que ocurre cuando hacemos deporte.

¿Eres más de café o de té verde?

Sea cual sea tu elección, opta por la que más se adapte a ti y… ¡Cómete la Vida!