Cuando queremos perder peso de manera rápida hacemos cosas como… saltarnos las comidas, quitarnos el pan o cenar sólo fruta. En el post de hoy, os aclaro las ventajas e inconvenientes que conlleva el cenar sólo fruta:

Las consecuencias de cenar sólo fruta:

La fruta contiene mayoritariamente agua y fibra y si la tomamos a lo largo de la jornada (3 son las frutas diarias recomendadas) nos ayudará a mantenernos hidratados, a regular nuestro tránsito intestinal y a tener el apetito bajo control.

En cambio, si la tomamos de una sola vez y por la noche, estaremos realizando una cena pobre en nutrientes. ¿El motivo? Debido al exceso de fibra que comemos de golpe, la absorción de las vitaminas y los minerales de las frutas será casi inexistente.

Por ello, puede que nos sintamos hinchados y mucho más llenos que si hubiéramos hecho una cena normal y corriente. Además, la fruta contiene fructosa (el tipo de azúcar propio de las frutas) por lo que es probable que nos vayamos a dormir con un pico alto de glucosa en sangre, algo muy poco recomendado para disfrutar de un placentero descanso.

La cena ideal: variada y baja en grasas y azúcares

En nuestra cena diaria, esté compuesta por 2 platos o por un plato único, han de estar presentes las verduras, las proteínas y los hidratos de carbono:

Las verduras serán crudas o cocinadas, dependiendo de cómo las hayamos comido a mediodía: si hemos comido una ración de verduras crudas, las de la cena serán crudas o cocinadas pero, si las de la comida las hemos comido cocinadas, las de la cena han de ser crudas.

En cuanto a las proteínas, deberán estar presentes de la mano de los pescados blancos, carnes magras, huevos, lácteos desnatados o legumbres.

Por último, aportaremos una pequeña ración de hidratos de carbono, ya sea con el pan que acompañará la cena como con la guarnición. Tampoco es necesario cenar un plato de arroz o pasta cada día, ya que ¡en la variedad está el gusto!

Los beneficios de una cena ligera:

-Nos ayudará a sentirnos mejor, más ligeros y listos para dormir.

-Hará que nuestro estómago trabaje menos y nuestro cuerpo se relaje más fácilmente.

-Descansaremos mucho mejor por la noche.

-Ayudará a nuestro cuerpo a eliminar aquello que no necesita.

En definitiva, una cena ligera no es sinónimo de una cena aburrida y pobre en nutrientes, así que ahora es momento de que diseñes tu propia cena ideal. Puedes incluir una pieza de fruta de postre, pero sin que las conviertas en tu plato único de la noche. De esta manera, descansarás mucho mejor por la noche y te comerás el mundo al día siguiente.

No lo dudes más, sácale el mayor partido a tus cenas y… ¡Cómete la vida!