¿Qué ocurre cuando nos ponemos a dieta?

En cuanto oímos la palabra “dieta” ponemos el piloto automático en nuestra mente y comenzamos a prohibirnos todos esos alimentos que tanto nos gustan pero que, sin embargo, no son saludables si los consumimos a menudo. ¿Qué ocurre entonces? Que en lugar de pensar en todos aquellos alimentos que van a proporcionarnos nutrientes, vitalidad y optimismo, hacemos una lista de alimentos “prohibidos” y ya comenzamos a sufrir incluso antes de empezar con la dieta.

¿Cuál es el error principal que solemos cometer entonces? Llevamos a cabo una alimentación monótona y aburrida y, lo peor de todo, no disfrutamos del proceso de estar cuidando de nuestro cuerpo. Esto último es fundamental para que una dieta tenga éxito, el disfrutar mientras te estás cuidando, además de que debemos ponernos objetivos realistas y alcanzables. De lo contrario, nos frustraremos y dejaremos la dieta de lado, re-cayendo en unos hábitos de vida muy poco saludables.

Por todos es sabido que la bollería industrial, los alimentos precocinados y la fast-food nos aportan principalmente azúcares y grasas saturadas pero, ¿y si te digo que puedes comer algunos de estos alimentos de vez en cuando, quitándoles “todo lo malo”?

Me explico: imagínate que estás en casa un sábado por la tarde y vienen unos amigos a cenar y a ver una peli. Estás a dieta desde el lunes y lo estás haciendo genial, por lo que no quieres “fastidiarla” el fin de semana, pero en tu cabeza ya empiezas a visualizar un plato de patatas fritas con su tomate frito, su mahonesa…

Bien, ¡tengo buenas noticias para ti! Ya que vas a poder disfrutar de esas magníficas patatas, pero las haremos al horno.

Practica desde hoy la cocina sana:

cocina sanaDespués de pelar la patata y trocearla en pequeños gajos, dados o en finas láminas, pica una cebolla en juliana para disponerla junto con la patata en una bandeja de horno con una cucharadita pequeña de aceite de oliva, ajo picado, perejil y sal. ¡Verás que el resultado no dejará indiferente a ninguno de tus invitados! Y lo mejor de todo es que podrás disfrutar de ese plato que tanto deseas pero con muchas menos calorías.

Con esto tampoco te estoy diciendo que estando a dieta puedas comer patatas al horno cada día, pero si que puedes relajarte dándote un pequeño capricho de manera saludable una vez por semana, por ejemplo.

Las dietas ricas en azúcares y grasas saturadas nos proporcionan un placer momentáneo y muy adictivo para dejar paso a una sensación prolongada de culpabilidad, arrepentimiento y depresión. Por el contrario, las dietas bajas en grasa y azúcares y ricas en nutrientes nos proporcionan buen humor, una agradable sensación de ligereza y nos sentimos mucho mejor con nosotros mismos, lo cual podremos irradiar en nuestro alrededor. Lo ideal es que disfrutemos de estar cuidándonos y, por qué no, darnos un capricho de vez en cuando, lo cual es también muy saludable tanto a nivel físico como psíquico.

En definitiva, lo mejor es que te quites desde ya esa sensación de prohibición cada vez que decides cuidarte y premiarte de vez en cuando, dándole a tu cuerpo lo que necesita.

Cuídate cada día y… ¡Cómete la Vida!