El invierno está a la vuelta de la esquina y, tras haber dejado atrás los meses más calurosos del año, comer ensalada no es algo que nos apetezca ahora en invierno. Nos olvidamos de incluir en nuestra alimentación las frutas, las verduras crudas y los alimentos que nos aportan frescura. Esto es normal, ya que el frío ha llegado y nos apetecen platos más cocinados y templados, como son los caldos, los guisos o las cremas de verduras.

El inconveniente principal aquí es que estamos reduciendo el consumo de fruta diario y que, además, cocinamos todas las verduras que comemos, lo que significa que apenas tomamos verduras crudas durante los meses de invierno.

Para seguir llevando a cabo una dieta equilibrada, la cual contenga verduras, os propongo elaborar ensaladas templadas, es decir, en las que combinéis tanto verduras crudas como cocinadas. De esta manera, el aporte en vitaminas y antioxidantes será mucho mayor que comiendo todas las verduras cocinadas y/o trituradas.

Beneficios de comer ensalada en invierno:

Comer ensalada en invierno puede convertirse en el mix perfecto para mantener la línea durante todo el año, pero además:

  • comer ensaladaLuciremos una piel mucho más hidratada y suave gracias a los antioxidantes.
  • Aportaremos a nuestro organismo un mayor contenido en vitaminas y minerales esenciales.
  • Mantendremos nuestras defensas fuertes, ya que evitaremos sufrir resfriados continuamente.
  • Ayudaremos a nuestro cuerpo a eliminar lo que no necesita gracias a la fibra.
  • Nos sentiremos con más energía, ya que esta se mantendrá en sus niveles más óptimos.

Tipos de ensaladas de invierno:

Comenzaremos preparando el aliño en el fondo del plato con:

  • Una cucharada de aceite de oliva.
  • Dos cucharadas de vinagre.
  • Media lima.

Lo ideal es que la base de verdura sea cruda y podremos escoger entre, por ejemplo:

Pero también tenemos la opción de añadir verduras cocinadas, entre las que podemos elegir:

  • comer ensaladaEspárragos verdes salteados.
  • Brócoli hervido.
  • Cebolla salteada.
  • Zanahoria hervida.
  • Remolacha cocida.

 

A continuación, añadiremos las legumbres, con las cuales aportaremos la ración proteica junto con los hidratos de carbono. Deberemos escoger entre:

  • Lentejas.
  • Soja.
  • Garbanzos.
  • Quinua.
  • Azukis.
  • Guisantes.

Y por último y a modo opcional, podemos agregar semillas al gusto de cada uno que, además de decorar el plato, nos aportarán una gran cantidad de fibra, vitaminas y omega 3:

  • Lino.
  • Chía.
  • Amapola.
  • Sésamo.

A modo de ingredientes extra y totalmente opcionales, podemos terminar la ensalada espolvoreando:

  • Queso 0% grasa.
  • Ajo.
  • Sal.
  • Orégano.
  • Albahaca.

Ya lo sabes, no renuncies a comer ensalada este invierno y, sobre todo, ¡Cómete la Vida!