Durante el día, en general, acumulamos estrés y nuestro cuerpo responde con la aparición de la ansiedad. Todo ello lo trasladamos a la mesa y, ¿qué conseguimos? Comer rápido, con prisas y sin prestar atención a lo que estamos haciendo.
Son varias las personas a las que les he oído decir frases como “no puedo comer más despacio, siempre he comido rápido” o “es comiendo rápido como disfruto de la comida”. Comer rápido no es algo malo, pero es preferible tener cierta calma a la hora de comer, siendo conscientes de que lo que estamos comiendo es bueno para nuestro organismo, por lo que, ¿por qué no dárselo al ritmo adecuado?
Pero antes de saber cómo hacerlo de la mejor manera posible, me gustaría aclarar cuáles son algunas de las diferencias entre comer rápido y despacio.
¿Cuál es el resultado de comer rápido?
- Ahorrar tiempo.
- Hacer que nuestro aparato digestivo trabaje a un ritmo frenético.
- Obtener una malabsorción de los nutrientes.
- Inflamar, probablemente, las mucosas de las paredes digestivas, debido al gran esfuerzo que deben hacer en muy poco tiempo. Como consecuencia, nos sentiremos hinchados y molestos.
- Nos privamos de saborear la comida con calma.
¿Y de comer despacio?
- Evitar enfermedades digestivas futuras (colon irritable, digestiones lentas, etc).
- Disfrutar de ese exquisito plato durante más tiempo y, por qué no, alargar las sobremesas con una animada charla.
- Ayudar a mantener un aparato digestivo sano y que funcione a la perfección.
- Obtener una correcta absorción de los nutrientes y no de las calorías.
- Mantener unos niveles de glucosa en sangre mucho más estables a lo largo del día.
Lo que me gustaría aclarar en este punto es que, si una persona se come un plato de spaguettis con tomate en 30 minutos y otra se come ese mismo plato en 10 minutos, no va a engordar una más que la otra.
Hay un factor que sí que puede hacer que engordemos más al comer rápido. Se trata de que comamos un plato de spaguettis en 30 minutos y, por otro lado, nos comamos un plato y medio en 10. Lo que nos hace engordar realmente cuando comemos rápido es cuando incluimos una mayor cantidad de alimentos en menos tiempo.
3 consejos para comer al ritmo adecuado:
- Comer 5 veces al día (o cada 3 horas) para mantener nuestro metabolismo activo y evitar las horas de ayuno prolongadas.
- Comer en compañía y no con distracciones, sino siendo conscientes de lo que estamos comiendo y dándole la importancia que se merece a cada plato.
- En el caso de disponer de poco tiempo para comer, es preferible dosificar las raciones. De esta manera, comeremos la misma cantidad pero absorberemos sus nutrientes de una manera mucho mejor racionándolo en 2 tomas distintas que comiéndolo todo deprisa y corriendo.
Lo que está claro, es que comer es uno de los mayores placeres del mundo, ¿por qué no dedicarle el tiempo que se merece?
Y no te olvides… ¡Cómete la Vida!
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