A menudo nos preocupamos sobre cómo afecta la grasa a nuestro cuerpo, ese molesto «michelín» que lleva con nosotros un par de semanas y no conseguimos deshacernos de él… La culpa la tiene la grasa, ¡la dichosa grasa! Ese trozo de chocolate después de comer, ese bollo a media mañana, ese “chorrito” de aceite en la ensalada…
Pero no toda la grasa es la misma, por lo tanto, no todos los tipos de grasas afectan a nuestro cuerpo de la misma manera. ¿Y qué hay de la mente? ¿Te has preguntado cómo afecta la grasa a tu mente? ¿Qué hay de cierto en la adicción a los alimentos ricos en grasas?
¿Cómo afecta la grasa a nuestra mente?
El cerebro es un 60% grasa y concentra una gran parte del colesterol de nuestro cuerpo. De hecho, una dieta sin grasa nos puede provocar un déficit de atención y concentración. Por ello, es importante consumir, al menos, una mínima cantidad de grasa en nuestro día a día, pero ¿cuál es la ideal para nuestro cerebro?
Grasas trans:
Las grasas trans, presentes en la bollería industrial, comida rápida, platos pre-cocinados, snacks salados… provocan una oxidación celular a nivel corporal y mental. De hecho, su consumo junto al exceso de azúcares puede provocar enfermedades muy graves (cardiovasculares y neurodegenerativas), con el deterioro de la memoria o la obstrucción de nuestras arterias, entre otras complicaciones.
Por si fuera poco, los alimentos ricos en grasas trans y azúcares nos provocan cierta adicción hacia este tipo de alimentos nada saludables. Este tipo de adicción se considera que es mucho mayor a la del alcohol y el tabaco.
Grasas insaturadas:
Hay 2 tipos de grasas insaturadas: monoinsaturadas + poliinsaturadas.
Este tipo de grasas, presentes en los frutos secos, el aceite de oliva, el aguacate, mariscos, pescados (salmón, atún, bonito…) nos ayudan a mantener unos niveles de colesterol saludables y nos ayudan a mantener una mente mucho más saludable y en forma. Además, son muy recomendables tras la práctica de ejercicio físico y nos ayudan a proteger nuestro corazón.
Dieta baja en grasa:
Trucos para llevarla a cabo:
- Añadir el aceite midiéndola con una cuchara. La cantidad recomendada para una dieta baja en grasa es tomar 1 cucharada sopera en el desayuno, otra en la comida y una última en la cena.
- Utilizar cocciones que se puedan realizar con una pequeña cantidad de grasa, como pueden ser la plancha, el papillote, el asado o el vapor.
- Sustituir el picoteo rico en grasas por una opción sana, como pueden ser un puñado de nueces, una pieza de fruta fresca o un yogur desnatado con semillas.
Resultados que podemos obtener:
- Mejor condición física.
- Mayor ligereza.
- Mente más despejada y activa.
- Mejor descanso.
No elimines la grasa de tu dieta, tan sólo elige la más saludable para mantener tu mente joven y… ¡Cómete la Vida!
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