Desayunar cereales es algo que nos han inculcado desde bien pequeños. Con chocolate, frutas deshidratadas, miel y galletas, caramelo… Todos ellos son primos-hermanos del azúcar y, por mucho que quieran aparentar ser diferentes, el daño que generan en tu cuerpo es exactamente el mismo.

La industria alimentaria juega mucho, además, con poner a los dibujos animados más de moda en la portada. El motivo principal es que los niños son unos grandes y potenciales consumidores de los cereales de desayuno y lo saben. Algunas marcas traen consigo incluso un pequeño juguete a modo de obsequio o regalo para los niños. ¡Así caen seguro!

Pero, al margen de todo esto, te invito a descubrir las diferencias entre empezar el día con una dosis extra de azúcares innecesarios o un desayuno equilibrado en el que el pan integral es el auténtico protagonista.

Las 3 diferencias entre desayunar cereales o pan integral

1.- ¡NO AL AZÚCAR!Desayunar cereales

Lo cierto es que no todos los cereales para desayunar son ricos en azúcares refinados, pero sí la gran mayoría de ellos. La diferencia es que desayunando pan integral, estarás apostando por lo seguro, es decir, que no te la juegas. Además, según la nueva normativa, el pan integral es 100% integral, por lo que no hay lugar a dudas. Lo que está claro es que empezando el día con unas rebanadas de pan integral, evitarás esos picos altos de azúcar en sangre que proporcionan los cereales refinados de desayuno. Esto significa que, a media mañana, tu cuerpo no te pedirá azúcar de nuevo.

2.- ¡SÍ A LA SACIEDAD SIN CALORÍAS EXTRA!

Las calorías que contienen los cereales para desayuno, de media, son unas 370 kcal por cada 100g. Por el contrario, las calorías que contiene el pan integral en 100g son unas 290. Además de que vayas a empezar el día ingiriendo menos calorías si optas por el pan integral, la saciedad será mucho mayor, por lo que tu apetito estará más y mejor controlado durante toda la mañana.

3.- ¡Y SÍ A LA REGULACIÓN CORPORAL!

Y no me refiero solo a la regulación intestinal, sino también a mantener unos niveles óptimos de energía durante toda la mañana. Esto lo conseguirás comenzando el día con un par de tostadas de pan integral, acompañadas de aceite de oliva virgen extra, unas rodajas de tomate fresco, 3 lonchas de jamón serrano o 1/2 aguacate, por ejemplo.

Y tú, ¿prefieres comenzar el día lleno de nutrientes y vitalidad o lleno de azúcares innecesarios?

Haz la elección que más beneficios aporte a tu cuerpo y a tu mente y… ¡Cómete la Vida!