El comer emocional está a la orden del día. Todos lo padecemos, lo que ocurre es que cada persona lo gestionamos de distinta manera. Los alimentos y productos que tenemos a nuestra disposición son muy variados y atractivos. Pero da la casualidad de que cuando necesitamos saciar una emoción, recurrimos a un producto y no a un alimento. Es más, puede que alguna de estas frases te suene:

«Las patatas fritas me pierden. Soy incapaz de comerme solo una»

«El dulce es mi adicción número 1»

«Cuando llego a casa, voy directamente al armario de los pecados»

Podría explayarme detallando el fondo o motivo de cada una de estas frases, pero en el artículo de hoy me gustaría centrarme en la importancia de diferenciar un alimento de un producto.

Las 7 diferencias entre alimentos y productos

1.- La primera y más obvia para diferenciarlos es que un alimento, como su propio nombre indica, te A-LI-MEN-TA, al contrario de un producto, que te MAL-NUTRE.Alimentos y productos

2.- Un producto contiene aditivos, conservantes y sustancias nada recomendables que lo hacen mucho más atractivo ¡y adictivo!

3.- Un alimento, en muchas ocasiones, no necesita ni siquiera etiqueta. Un producto, en cambio, necesita un laborioso etiquetado nutricional.

4.- Un producto te puede generar cierta adicción gracias a las grasas saturadas y azúcares refinados que contiene. Esto te puede hacer entrar en una rueda de difícil salida. Por suerte, un alimento no provoca este efecto.

5.- Tu cuerpo necesita alimentos, para alimentarte y nutrirte. Tu cuerpo no necesita un producto, sino que te lo pide la mente para saciar una emoción. Aunque sintiéndolo mucho, la comida no es más que un parche en estos casos, no una solución al problema que haya de base.

6.- Un producto necesita el «avalado por…» en su etiqueta para convencer al cliente de comprarlo. Un alimento, no lo necesita, ya te convence por sí solo de que es beneficioso para la salud.

7.- La ingesta habitual de alimentos previene la aparición de enfermedades crónicas. La ingesta habitual de productos, por su parte, puede ayudar a la aparición de enfermedades crónicas como son la diabetes, las cardiopatías, el colesterol, etc.

Y ahora que eres capaz de diferenciarlos, te invito a que realices una correcta elección de alimentos (y no productos) y… ¡Cómete la Vida!