Es cierto que somos cada vez más conscientes de la importancia que tiene invertir unos minutos en leer la letra pequeña de una etiqueta nutricional. Y digo la letra pequeña, porque lo que intentan la gran mayoría de los departamentos de marketing de cualquier producto alimentario es que nos quedemos solo con la letra grande, la que está en la portada del producto y así consigan captar nuestra atención.

Como consumidores inteligentes que sois, os invito a ir más allá de la letra grande y no dejaros engañar tan fácilmente. Tampoco os pido que estéis 2 horas haciendo la compra, ni mucho menos, sino que tengáis en cuenta los siguientes consejos para que la compra sea fiable, real y saludable.

Los ingredientes de una etiqueta nutricional

etiqueta nutricionalEl listado de ingredientes está presentado en orden descendente, del que más hay al que menos hay. Esto es (o debería ser) así ya que es lo que exige la legislación alimentaria. Lo ideal es que el nombre que nos destacan en la portada, coincida con el primero del listado, ya que podemos encontrarnos con unos «chips de tomate» y cuando buscamos el tomate en el listado de ingredientes, aparezca en formato polvo y al final. ¡Ojo! Nos están intentando tomar el pelo, ya que esos chips tendrán tomate, sí, pero en una cantidad irrisoria.

Lo más adecuado es que, además del orden de los ingredientes, nos especifiquen el % de cada uno de ellos para que nos ofrezcan así la máxima información.

Si entre los 3 primeros ingredientes encontramos azúcares o sus miles de derivados, no es un producto aconsejable. Tampoco lo será si contiene aceites vegetales, de palma o coco.

El valor nutricional de una etiqueta nutricional

etiqueta nutricionalCuando leemos el valor nutricional, debemos ir más allá de las calorías. Lo que debemos tener en cuenta de ellas es que más de 225kcal por cada 100g o 100ml, es demasiado. A no ser que sean frutos secos o aguacates.

Yendo más allá, si contiene más de un 5% de azúcares y menos de un 5g de fibra por cada 100g o 100ml, no es un producto recomendable para añadir al carrito de la compra.

Siguiendo con la tabla nutricional, debemos también fijarnos en su contenido en sal, el cual no debe estar por encima de 1g.

Por último y, por muy raro que pueda parecer, os aconsejo desconfiar de los productos que estén avalados por alguna sociedad científica u oficial, como puede ser la Sociedad Española del Corazón, por ejemplo. ¿Cuál es el motivo de esta desconfianza? La necesidad que tiene esa empresa de que su producto tenga que estar avalado por alguien. Eso denota que esa empresa no cree que su producto sea saludable por sí solo y necesita el respaldo de una sociedad de prestigio. Esto es previo pago, siempre, otro motivo para desconfiar aún más.

Pon en práctica estos consejos para mejorar fácilmente el contenido de tu carrito de la compra y… ¡Cómete la Vida!