Una triste hoja de lechuga aliñada con limón, un bol interminable de patatas fritas, un salteado de verduras con setas de temporada… Sean cuales sean los ingredientes que la componen, la guarnición perfecta depende de los gustos de cada uno y, para gustos, colores.
Lo que es cierto es que no le damos la importancia que se merece, ya que podemos sacarle mucho más partido para que nos ayude a que el plato en la que la incluimos adquiera valor y los nutrientes que necesita para ser equilibrado, pero sin complicarnos la vida.
En definitiva, lo que os quiero decir es que, en muchas ocasiones, consideramos que la guarnición adquiere un papel secundario cuando, en realidad, puede ser la verdadera protagonista del plato.
Las 3 funciones que debe cumplir la guarnición perfecta:
1.- Aportar color y sabor al plato:
Es cierto que la comida nos tiene que entrar primero por los ojos y para ello, podemos escoger una guarnición que haga más apetecible el plato que nos vamos a comer. Os pongo 2 ejemplos:
Opción A) 2 pechugas de pollo a la plancha con guarnición de puré de patatas.
Opción B) 2 pechugas de pollo a la plancha con guarnición de salteado de setas con pimiento rojo y espárragos verdes.
No se vosotros, pero yo optaría por la opción B) ¿Por qué? Porque además de ser visualmente más apetecible, es un plato con más variedad de alimentos y, por lo tanto, más rico en nutrientes.
2.- Ayudar a controlar el apetito:
¡Así es! Podemos ayudarnos de la guarnición para perder peso, ya que debe ser saciante, pero no rica en calorías. ¿Y cómo podemos conseguirlo? Optando por alimentos ricos en agua y fibra para nuestra guarnición perfecta, como por ejemplo:
- Salteado de verduras
- Bol de ensalada verde con frutos rojos y semillas
- Patatas al horno a las finas hiervas
- Escalivada de berenjena y pimiento verde/rojo
- Espárragos verdes con calabacín y zanahoria al papillote
3.- Ser el mejor acompañamiento:
Este tercer punto no parece complicado, pero es la función principal que debe cumplir nuestra guarnición perfecta: ser la pareja ideal del plato que acompaña. ¿Y cómo sabemos si lo estamos haciendo bien? Aquí os detallo algunas sugerencias, teniendo en cuenta el primer y segundo plato:
Menú 1:
- Primer plato: verduras (crudas/cocinadas).
- Segundo plato: carne/pescado/huevo.
- Guarnición – 3 opciones:
- Rica en proteínas: legumbres.
- Post-entreno: pasta/arroz integral.
- Baja en calorías: verduras (crudas/salteadas).
Menú 2:
- Primer plato: patatas, pasta o arroz integral.
- Segundo plato: legumbres.
- Guarnición de verduras (crudas/salteadas).
Menú 3:
- Primer plato: legumbres.
- Segundo plato: carne/pescado/huevo.
- Guarnición de verduras (crudas/salteadas).
Para ser el acompañamiento perfecto, no sólo tiene que serlo en el plato, sino en el momento de hacer la digestión. Es por ello que os recomiendo que optéis por cocciones que requieran poca grasa, como lo son el salteado, la plancha, el horno y el papillote/vapor.
¿A qué esperas para poner estos sencillos trucos en práctica?
Acompaña tus platos con la guarnición perfecta y… ¡Cómete la Vida!
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