Cuando queremos perder peso e iniciar una dieta, algunas de las prácticas más comunes son:
1.- Llenar la nevera de verduras y frutas.
2.- Eliminar todo aquello que contiene los tan temidos hidratos de carbono.
3.- Evitar el pescado azul como el salmón o el atún, porque «engordan».
¿Y qué ocurre con la carne?
La mejor carne para adelgazar
Carne de conejo:
Además de ser muy baja en grasas y muy rica en proteínas, es un tipo de carne muy digestiva, indicada especialmente para los niños y las personas que sufren de digestiones lentas y pesadas. Por si fuera poco, su gran contenido en potasio te dará una gran capacidad de recuperación muscular post-entreno.
Carne de cerdo:
Es una carne con muy mala fama por su alto contenido en grasa. Antiguamente, al cerdo se le llamaba «el olivo con patas». ¿La razón? Porque la grasa que contiene bajo la piel puede llegar a ser tan beneficiosa como la del aceite de oliva. Otra de las ventajas de la grasa que está justo bajo la piel, la cual es un 70% de la grasa total del cerdo, es que podemos quitarla muy fácilmente con un simple corte, para dejar así la carne magra y libre de grasa.
Carne de pollo y pavo:
Son las carnes que ganan por goleada en las dietas de adelgazamiento. Pertenecen al tipo de carnes magras, es decir, sin apenas grasa. Da la sensación de que cuando queremos perder peso, no exista otra carne más que la de pollo o pavo y eso es por su escasez en grasas y calorías, junto con su gran aporte proteico.
Carne de cordero:
Pertenece junto a la carne de ternera, entre otras carnes, al grupo de las carnes rojas. Contiene una elevada cantidad de grasas saturadas y grasas trans, las cuales ayudan al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y problemas de colesterol.
Carne de ternera:
Su contenido en grasa varía de un 3 a un 30% y, de estas grasas, la mitad son grasas saturadas. Esto no significa que debamos evitar las carnes rojas de por vida, pero sí comerlas muy de vez en cuando, ya que son ricas en hemoglobina. Es la hemoglobina, precisamente, la que les da esa tonalidad rojiza, la cual nos ayuda a asegurar una correcta absorción de hierro.
La ración de carne ideal
En conclusión, podemos asegurar que las carnes más adecuadas para ayudar a la pérdida de peso son la carne de pollo, de pavo y de conejo. La carne de cerdo es más rica en grasa, pero fundamental para obtener un aporte de grasa adecuada. En cuanto a las carnes rojas, aunque no debamos comerlas tan a menudo debido a su tipo de grasa, no debemos eliminarlas de nuestra dieta para siempre, ya que nos aportan hemoglobina y proteínas de alto valor biológico. Para hacernos una idea, las carnes rojas (cordero, ternera) podemos comerlas mensualmente y, las carnes magras, (pollo, pavo, conejo, cerdo) podemos comerlas 3 veces por semana.
Busca el equilibrio en tu alimentación diaria y… ¡Cómete la Vida!
Imágenes realizadas en el restaurante Karlos Arguiñano (Zarauz).
0 Comentarios