Es curioso lo que ocurre con la salsa de soja y es que pienso que tiene un número parecido de amantes como de detractores. ¿Eres de los que no lo tiene claro de qué bando estar? Te invito a seguir leyendo si lo que quieres es salir de dudas.

¿De qué está hecha realmente la salsa de soja?

Está hecha de agua, trigo, sal y soja. Al comprarla, si contiene más ingredientes de los que debería tener originalmente, puede que te encuentres ante una de esas salsas de soja químicamente modificadas, tal y como te explicaré un poco más adelante. Lo que sí me gustaría es advertir de su uso a las personas celíacas debido a su contenido en trigo, normalmente tostado.

Una de las ventajas es que es una muy buena alternativa para hacer adobos y como conservante alimentario natural. Su uso es también muy común en la cocina, ya sea para preparar un riquísimo tataki de atún a la plancha como para marinar un taco de soja fermentada.

Las mejores alternativas a la sal

Hay salsas de soja muy ricas en sal, las cuales nos ayudan a retener en nuestro cuerpo esos líquidos tan innecesarios como incómodos. Además de la salsa de soja, puedes utilizar numerosas especias que harán de perfectos potenciadores del sabor de cada uno de tus platos. Además de reducir considerablemente la cantidad de sal en tus recetas, te proporcionarán propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias y digestivas. Y, por si fuera poco, la sal tiene un solo sabor. Las especias en cambio, aportarán mucha más variedad a tu dieta diaria, entre las que se encuentran:

  • La pimienta negrasalsa de soja
  • El eneldo
  • La nuez moscada
  • El romero
  • El comino
  • El pimentón dulce
  • El ajo en polvo
  • La albahaca
  • La cúrcuma

Sin olvidarnos del aceite de oliva, un potenciador del sabor natural, sin sal y rico en ácidos grasos Omega-3.

Los peligros de la salsa de soja

Existe un tipo de salsa de soja mucho más económica que la original. Este tipo de salsa está elaborada a base de sustancias químicas, colorantes, endulzantes, extractos y glutamato monosódico. Este último es altamente adictivo, generando una necesidad en nuestro organismo de consumirlo cada vez más a menudo. ¿Lo ideal? Fijarnos bien en el etiquetado (en la letra pequeña en concreto) y usar una salsa de soja real, la original, baja en sal y elaborada a base de trigo tostado y soja fermentada. Esa es la auténtica salsa de soja.

Adereza tus platos con la opción más adecuada para tu cuerpo y… ¡Cómete la Vida!