Las semillas de chía se han hecho muy populares gracias a las redes sociales. Pero he de deciros que valen para mucho más que para hacer una foto bonita de una receta apetecible.
Uno de los puntos conflictivos que solemos sufrir durante las vacaciones de verano es el estreñimiento. Esto que ocurre es algo que debemos normalizar debido al cambio que realizamos en nuestra alimentación.
Pero el que debamos normalizarlo, no significa que no podamos evitarlo. Las semillas, ya de por sí, son muy ricas en fibra, por lo que pueden convertirse en tus aliadas estas vacaciones:
Beneficios de las semillas de chía
- Nos ayudan a proteger el corazón gracias a su alto contenido en Omega-3. Sí sí, el mismo que contiene el aceite de oliva virgen extra.
- Son una fuente de calcio, por lo que nuestros huesos se mantendrán sanos y fuertes.
- Regulan los niveles de glucosa en sangre, lo que previene la aparición de enfermedades relacionadas con los picos altos (y repetidos) de azúcar en sangre.
- Nos aportan magnesio que, junto con el potasio, es uno de los responsable de la prevención de los calambres musculares, hagáis o no deporte.
3 motivos para comer semillas de chía en verano
- Mejoran el estreñimiento. ¿Y quién es el responsable de ello? El gel que forman alrededor de ellas cuando las hidratas, por lo que te recomiendo que no las comas secas, sino hidratadas. Yo personalmente, suelo tener un tarro pequeño de cristal en la nevera con semillas de chía ya hidratadas. De esta manera, las tendrás siempre listas para tomar.
- Previenen el envejecimiento prematuro de la piel gracias a su gran cantidad de antioxidantes. Por lo que son perfectas, sobre todo, para cuidar de nuestra piel en verano por la sobre-exposición al sol que sufre.
- Evitan las digestiones lentas y nos aportan la saciedad que necesitamos, sin que tengan calorías de más.
Haz una buena elección de alimentos, también en vacaciones, y… ¡Cómete la Vida!
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