Hoy es 28 de mayo, Día Mundial de la Nutrición. Por suerte, a la nutrición se le presta cada vez más atención, pero ¿le prestamos la atención que se merece a nuestro estómago? Y no, no estoy hablando de comer sin medida, sino de comer desde una alimentación intuitiva.
¿Y qué es eso de la alimentación intuitiva? Consiste en no comer con el piloto automático puesto y prestar más atención a las señales de hambre y saciedad.
¿Qué es la alimentación intuitiva?
Cada vez es más fácil dejarnos llevar por el ritmo frenético del día a día, hasta el punto de levantarnos por la mañana y, automáticamente, encender la cafetera y la tostadora sin ni siquiera pararnos a pensar si tenemos hambre real o no.
Lo cierto es que hemos adaptado nuestras señales de hambre al ritmo laboral y a la rutina del día a día, sin reparar en que cada día no tenemos por qué tener el mismo apetito, así como tampoco disponemos del mismo nivel de energía y motivación.
Por eso, es importante hacer ese pequeño ejercicio de pararnos a pensar en si realmente tenemos hambre de verdad o vamos a comer porque es la hora de comer. La intuición sirve de mucho, sobre todo en lo que a la alimentación se refiere.
De hecho, la verdadera función del ayuno intermitente es, precisamente, ser mucho más conscientes de nuestras señales de hambre y saciedad. Lo que ocurre es que, en muchas ocasiones, lo aplicamos como una estrategia para perder peso, llena de restricciones nada recomendables.
Ventajas de la alimentación intuitiva
- Darle a tu cuerpo lo que necesita y no solo lo que te pide.
- Diferenciar más fácilmente entre el hambre real (de estómago) y otro tipo de hambre (vista, oído, emocional…).
- Mejorar tus digestiones gracias a detectar tu nivel de saciedad más fácilmente.
- Ser libre de decidir cuándo y cuánto comer en cada momento, lejos de restricciones, dietas y remordimientos.
- Escuchar mucho más a tu cuerpo y ser capaz de conocer qué es lo que necesita en cada momento.
- Comer desde la flexibilidad y el equilibrio y no desde el descontrol y la restricción constante (todo o nada).
Ahora que tienes algo más de información acerca de las bases de la alimentación intuitiva, eres libre de decidir qué tipo de alimentación quieres para ti.
Espero que te haya servido de utilidad este post y… ¡Cómete la Vida!
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